3 de febrero de 2012

Historia de una aldea. 2.- La frontera (940-1072)


Aunque Fernán González "puebla" Sepúlveda en el 940 esto no supone que controlara el territorio. Toda la zona se encontraba bajo fuerte presión musulmana, y la repoblación por colonos no terminó de realizarse hasta quizás el 1300. Durante ese tiempo se sucedieron varias fases.

Puerta de la Fuerza, muralla de Sepúlveda
En la primera fase, hasta 1072, la frontera entre árabes y cristianos no fue una línea. Hubo un espacio difuso entre el Duero y la Sierra de Guadarrama, con avances y retrocesos intermitentes, una tierra de nadie sin un dominador claro, y sobre todo, un territorio sin organización. La repoblación la dirigen el Conde como delegado del rey y sus vasallos: nobles e infanzones. El sistema es de tipo señorial, continuando lo realizado al norte del Duero. 

Respecto al ejército en la época, lo dirigían los Condes de cada división del reino de Leon: Castilla, Asturias, Galicia... Además lo componían otros nobles, los infanzones, los caballeros villanos y los peones. Los peones eran en principio todos los varones del reino, en general campesinos, que podían librarse de ir aportando un asno al fonsado o expedición militar.


Caballeros villanos y peones
Caballero infanzón
Los infanzones eran la nobleza menor, caballeros al servicio de un noble, con cargos intermedios en el ejército. Tenían ya reconocido su antiguo linaje y servicios de armas durante varias generaciones o también podían ser descendientes de nobles. Del Conde o señor a quien servían, obtenían un salario o incluso pequeños señoríos sobre aldeas o tierras, los cuales podían serles revocados o retirados como sanción. Tomaban parte en el reparto del botín y con la guerra incrementaban su patrimonio, que generalmente era ganado y tierras. En la zona de Sepúlveda este sistema tradicional se usó durante la ocupación y la primera fase de frontera pero después desapareció a favor del Concejo.

Los caballeros villanos, en cambio, eran colonos o campesinos con aptitudes guerreras y posibilidades de comprar un caballo y equipo militar. Formaban la caballería, parte esencial del ejercito cristiano. En Castilla, para aumentar su número, en algún caso fueron elevados al rango de infanzones (por ejemplo en el Fuero de Castrojeriz (Burgos, año 974). Con el tiempo muchos de ellos igualmente prosperaron aprovechando las oportunidades de la guerra y se enriquecieron. Se integraron dentro de las milicias concejiles como la de Sepúlveda y poco a poco se convirtieron en caballeros privilegiados que se distanciaron socialmente de los campesinos y gobernaban de facto el Concejo.

Caballero villano
A parte de las necesarias aptitudes, un campesino lo tenía difícil para hacerse con un caballo, el cual tenía un precio enorme, hasta 100 sueldos (equivalente a 100 ovejas). 

Un relato del 950,  de Claudio Sanchez Albornoz, describe una escena del mercado de León: 

…Un corro presencia interesado el regateo de un feo potro de color morcillo . El comprador es un villano de Castrojeriz venido a León a liquidar la herencia de una tía. Ha vendido un herrén (huerta pequeña), un linar y su parte en unos molinos del Torío, y es tal su impaciencia por convertirse en caballero que no espera a volver a su tierra para comprar caballo. Ha obtenido unos sesenta sueldos por esos bienes, divisa o partija que le había tocado al repartir con sus hermanos la herencia referida. La cifra de los sesenta sueldos es reducida. No le permite adquirir un buen caballo, que se cotiza a muy altos precios en todos los mercados del reino de León. El caballo es indispensable para la guerra con el moro y alcanza un valor elevadísimo en proporción al conseguido por las demás especies animales..."

“…Después de la batalla de Simancas, en que perecieron tantos brutos y jugaron tan decisivo papel los jinetes cristianos, los reyes distinguen a los caballeros con marcada preferencia, la demanda de cabalgaduras ha crecido y es más que difícil adquirir una de ellas. Un gallego unido al grupo que presencia el trato refiere en este punto que ha visto cambiar en su tierra, por ocho y por seis bueyes, un buen caballo castaño y otro bayo..."

“…El aspirante a caballero ha apalabrado ya una silla gallega de altos borrenes en diez sueldos; pero no puede emplear los cincuenta restantes en mercar el caballo, porque necesita adquirir el atuendo propio de todo caballarius, y ha de comprar aún: cabezada, pretal, riendas, freno y ataharre, para completar los arreos de la cabalgadura…”.

La toma de Sepúlveda se realizó explotando la derrota musulmana de Simancas y Alhandega, Unos meses después entró el ejército cristiano en la Villa quizás con una débil oposición de la guarnición.

En el 940 no se trataba de despoblar y saquear Sepúlveda, como hizo el astur Alfonso I, doscientos años antes, sino de quedarse y crear un punto fuerte avanzado en la frontera. Ahora ya no existía un desierto entre los dos bandos. Las fortalezas moras como Buitrago se encontraban justo al otro lado de la sierra.

El califa, al año siguiente ordena realizar ataques en toda la frontera para diluir el recuerdo de la derrota de Alhandega, y la Villa recién conquistada queda bajo una fuerte presión.

El califa Abd el Rahman III
Aunque no existen datos sobre las circunstancias de la conquista y defensa posterior de Sepúlveda, se conoce el “modus operandi” de los cristianos tantas veces utilizado al norte del Duero. Ocupar el terreno, fortificarse, vigilar y repoblar, probablemente es lo que se intentó hacer. 

Un noble, delegado del Conde de Castilla (quizás el propio Conde), se hizo cargo de la defensa de la villa, auxiliado por nobles e infanzones. No solo hubo que fortificar un castillo y reforzar las murallas de la propia Villa sino crear además una red de vigilancia y refugio en los alrededores. Para ello se construyeron torres, pequeños castillos, atalayas y cercas, diseminadas en el territorio. Un modelo estudiado de estas construcciones, consiste en una torre con un recinto adosado delimitado por una muralla o cerca.



 Red de castillos y fortificaciones de vigilancia al norte de  Burgos. siglo IX
Red de fortificaciones del Condado de Castilla al norte del Duero. siglo X

Pasados dos siglos más (siglo XIII), estas fortificaciones de vigilancia fueron perdiendo su función y en muchos casos quedaron abandonadas y ruinosas. Y despúes con la llegada de más colonos, a veces se levantaron aldeas junto a ellas, aldeas que tomaron nombres que reflejan el pasado militar del lugar, como Castillejo, Castrillo, Castro.., Torre, Torrecilla, Castil…etc. 

Cada uno de estos puntos fuertes, estaba al mando de un caballero infanzón o a veces un noble que dirigía la construcción, defensa y vigilancia. Siempre con el objetivo último de proteger la Villa.
Los infanzones tenían su propio escudo heráldico, su divisa o apellido. Por los varios indicios y circunstancias que se dan, es probable que uno de los puntos de vigilancia creados en esta época fuera en el cerro de Vellosillo. Y además que este nombre venga del apellido de esa conocida familia de infanzones del norte del Duero que pudieron llegar a Sepúlveda en el 940. Un Vellosillo pudo haber estado al mando de ese lugar o ser señor de la zona, dándole su nombre. En esta primera época los infanzones podían obtener tierras en señorío como pago a sus servicios,.

Sin embargo, a parte del nombre del cerro, no hay datos escritos de presencia de esta familia aquí hasta el siglo XV, entonces aparece Vellosillo emparentado con las familias más importantes de Sepúlveda. “Aquí yacen los muy nobles caballeros García Gutiérrez Aguayo y Catalina Rodríguez Vellosillo, su mujer, fallecieron en el año 1.490” grabado en una lápida en la iglesia de la Virgen de la Peña. También en otra lápida sin fechar en la iglesia de San Justo (“ aquí están sepultados los muy nobles caballeros Luis Sepúlveda Vellosillo y Baltasara González de Proaño su mujer, y sus hijos.). La familia González de Proaño eran descendientes directos de Fernán González y quizás la más poderosa de Sepúlveda. Su residencia era la llamada “Casa del Moro”. Se supone por tanto, que la familia de infanzones Vellosillo debió adquirir importancia en Sepúlveda desde la Edad Media aunque no se sabe el momento concreto.

Detalle en la fachada de la Casa del Moro
Al llegar los cristianos, la guarnición musulmana de la Villa debió de huir o ser aniquilada, (las crónicas árabes se explayan en los montones de cabezas cortadas como trofeo etc. los cristianos no debieron ser menos). Sepúlveda y sus alrededores debía de tener muy poca población, como todo el sur del Duero: pobres campesinos o pastores muladíes o bereberes de los que se abastecía la villa de cereales, carne y hortalizas, y que probablemente residían en la propia ciudad y en aldeas muy próximas. Simplemente cambiaron de amo.

La toma de la fortaleza

Se imponía repoblar rápidamente la zona para defenderla y consolidar el territorio .Para motivar a los colonos, el Conde Fernán González otorga un fuero a la Villa (y a su zona de influencia) (“… do e otorgo a los que moran en Sepulvega y los que son por venir…”), que amplía sus libertades y protección frente a los nobles a un grado muy elevado. Les da libertad religiosa (a fin de integrar a la población musulmana y judia, y favorecer la emigración desde Al-Andalus), también otorga igualdad ante la ley de nobles o campesinos, exencion de impuestos, derecho de asilo “.. que vecino ninguno responda por cosas que fizo antes que Sepulvega se poblasse..) (…Si alguien se trajese de otra tierra mujer ajena o hija ajena o cualquier otra cosa de sus fechorías y llegare a entrar en Sepúlveda que nadie lo toque..) (… Todo infanzón que deshonre a alguna persona en Sepúlveda, repare su daño y si no sea declarado enemigo…).etc. 

La repoblación cristiana fue inicialmente de carácter militar quizás por infanzones, caballeros villanos o peones del ejército ocupante, sus familias o parientes serían los primeros en establecerse en la villa-fortaleza (el mejor lugar y el más seguro). Los primeros pobladores del territorio, probablemente no fueron pacíficos colonos agrícolas pues la seguridad no podía garantizarse, sino una mezcla de fugitivos, pastores guerreros o campesinos con cierto espíritu aventurero, (…omnes que moran allende el Duero.. e son llamados pardos..), capaces de vivir en alerta permanente y de defenderse e incluso de hacer incursiones en territorio árabe en busca de botín dado el caso. También pudieron llegar refugiados mozárabes desde Al-Andalus.

Origen de los repobladores hasta el siglo XIII
Si se crearon aldeas hacia el sur de Sepúlveda en los primeros años debieron estar muy próximas a la villa para poder refugiarse con rapidez. La geografía y el tipo de terreno sugiere dos posibles lugares de expansión de cultivos o aldeas: el valle del Duratón y el valle del Caslilla, que continúan los cañones de ambos ríos. Los bordes de los cañones que rodean la Villa impiden la visibilidad de esta hacia el sur.

Por la geografía es coherente la utilidad de una posición como Vellosillo como punto de vigilancia del valle del Caslilla (los restos de la torre están situados al oeste del pueblo orientados hacia el valle), también para el control del acceso a Sepúlveda por la Lastra y la Picota, único punto desde donde se podía llegar a la villa a un nivel dominante. La extraña disposición de la pequeña aldea de Vellosillo en forma de recinto que deja en su interior una plaza de mas de una hectárea no tiene explicación si no es que las casas se construyeran sobre una cerca o muralla anterior que perdió su función. También es atípico que no se hiciera una iglesia en el casco del pueblo.


Posicion de Vellosillo sobre el valle del rio Caslilla
Por otro lado parece improbable además que se creara una aldea aquí al principio, en un cerro yermo y expuesto, habiendo terreno fértil y protegido junto a los ríos. Un terreno libre que debía de existir en abundancia en un primer momento por la despoblación de la zona. 

Según se ha sabido recientemente, Vellosillo fue uno de los primeros señorios que se crearon alrededor de Sepulveda a fin de vigilar sectores del teritorio. En el lugar había al inicio un pequeño castillo de los infanzones de la familia Vellosillo, que mantuvieron entre el siglo X y el XVI, cuando abandonaron el lugar. La aldea campesina en Vellosillo, se supone por varios indicios que no se pobló hasta bastante pasado el año 1.200.

Volviendo a la repoblación, pese al fuero otorgado, esta no acabó de cuajar en el territorio o resultó fracasada o estéril. El poder del Califato de Córdoba estaba en su máximo nivel y la presión musulmana fue en aumento. Aún así al parecer lograron crearse algunas aldeas. Hay que tener en cuenta el paisaje de la época con grandes zonas de bosques de encina, roble y enebro, y caza abundante donde pequeñas poblaciones conocedoras del terreno pudieron ocultarse y sobrevivir. 

En el 979 Almanzor dirige la primera campaña contra Sepúlveda, que logra resistir. En el 984 se producen dos más, muy violentas con destrucción de parte de las murallas. Sepúlveda es tomada por los musulmanes y la repoblación y organización de la zona se paraliza. Pero los colonos no fueron desalojados (como se lamentaría después el propio Almanzor al morir en el 1002).

Campañas de Almanzor

Los musulmanes en esos años de Almanzor desbarataron todo el sistema de defensa cristiano incluso más al norte del Duero y detuvieron o deshicieron la repoblación cristiana entre el Duero y la Sierra del Guadarrama, Además arrasaron ciudades tan lejanas como Pamplona, Barcelona o Santiago de Compostela (Las campanas de la catedral fueron llevadas a Córdoba por cautivos cristianos y el suceso fue un trauma a nivel europeo. El Camino de Santiago quedó paralizado ).

En 1010, los cristianos recuperan Sepúlveda aunque continúa la inseguridad en la zona. Y después, en 1030 el Califato de Córdoba se descompone en pequeños reinos de Taifas. Entonces los árabes  piden la paz a los cristianos a cambio de pagarles tributos o parias, la reconquista se detiene y se produce un periodo de tranquilidad hasta la llegada de Alfonso VI quien,  en 1072  reinicia la guerra.

Se cree que  a partir de 1010, se intensificó la repoblación y creación de aldeas. Así, en 1076, se documentan ya las aldeas de Duruelo, Mansilla, Santiuste o Valdesaz. La fase crítica de frontera duró pues casi un siglo entre el 940 y el 1031. (aunque el peligro perduró hasta 1141 como luego se verá). 

En Sepúlveda y su zona los pobladores cristianos sobrevivieron en este tiempo al margen del reino de León, defendiéndose y gobernándose a sí mismos de forma autónoma y rigiéndose por un Fuero que les garantizaba la igualdad y la libertad.

Reinos de Taifas, año 1031
La prioridad de la guerra y el espíritu pionero y belicoso de los pobladores, la iniciativa individual para la supervivencia, la abundancia de territorio virgen.. Esta situación prolongada durante tan largo tiempo, hizo el efecto de que fueran perdiendo fuerza las diferencias sociales típicamente medievales. Los habitantes de la zona de Sepúlveda no se adaptaron a obedecer a los nobles según el sistema feudal leonés. Mas bien emplearon un modelo asambleario para la toma de decisiones, que luego les fue sabiamente reconocido por el rey.
Milicia popular concejil
Como consecuencia, durante este periodo de frontera, en el sur del Duero (como Sepúlveda) el tradicional modelo señorial fracasó y se creó un sistema de gobierno “popular”. El rey delegó el poder de gestión en el Concejo, un órgano civil elegido por los habitantes, que concentraba todo el poder judicial, militar y económico.

El Concejo dirigía el conjunto formado por la Villa y su territorio (alfoz) compuesto por aldeas, llamado Comunidad de Villa y Tierra. La ley que se aplicaba era el Fuero, una norma basada en las costumbres y en la lógica de la frontera. En el territorio de Sepúlveda desaparecieron los señoríos tradicionales de infanzones y nobles y toda la tierra pasó a ser gestionada por el Concejo. El propietario del territorio en ambas etapas era el rey (tierra de realengo), pero cambió radicalmente la forma de gestión.

Por lo conocido, el modelo de Sepúlveda fué el origen (y quizás el primero donde se implantó) de las cerca de 50 Comunidades de Villa y Tierra de diferentes tamaños que se crearon entre los rios Duero y Tajo, durante los siglos XI y XII.

Con el sistema de concejo, el rey obtenía la lealtad de estas poblaciones y un contrapeso al poder de los nobles. Las Comunidades eran autosuficientes y garantizaban la defensa y la repoblación de los territorios, además de la obtención de impuestos para la Iglesia y las arcas reales.

Mientras tanto (a excepción del Condado de Castilla) en el resto de la península y en Europa se mantuvo el modelo de servidumbre feudal en mayor o menor grado.







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