El hallazgo demuestra que el yacimiento celtíbero sepulvedano, con centro en el cerro de Somosierra, es más amplio de lo que se creía.
Una excavación arqueológica llevada a cabo por la empresa ‘Arex Servicios de Arqueología S.L.’ ha permitido hallar diversos restos prehistóricos, de la II Edad del Hierro (siglos IV - I antes de Cristo), bajo la iglesia de San Millán, que se encuentra actualmente en estado de ruina.
Los trabajos arqueológicos, promovidos por la propiedad de la parcela, han consistido en la realización de tres sondeos, dos de ellos en el interior de la iglesia y uno en el exterior. En los dos primeros, bajo enterramientos medievales, los arqueólogos han descubierto diversos fragmentos cerámicos, realizados tanto a mano como a torno, característicos de la II Edad del Hierro. La arqueóloga Clara Martín ha confirmado a esta Redacción que “la secuencia de la ocupación pasa directamente de la Edad Media a la II Edad del Hierro, sin que haya ningún resto de ocupación romana”. A juicio de Martín, este hallazgo demuestra que el yacimiento celtibérico de Sepúlveda, situado en el denominado ‘cerro de Somosierra’, “se extiende más de lo que inicialmente se pensaba, hasta San Millán”.
Para el arqueólogo Santiago Martínez Caballero, conservador del Museo de Segovia, el cerro de Somosierra sería una ciudad fortificada celtíbera autónoma, de los arévacos, que dispondría de sus propios territorios, y desde la que sus ocupantes controlarían el alto valle del Duratón. Martínez Caballero defiende que las acciones militares del romano Tito Didio en el centro de la Meseta Norte desarrolladas entre los años 98 y 94 antes de Cristo debieron conllevar la total anexión del valle del Duratón y, por tanto, la conquista de Sepúlveda.
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