Los anfibios son un grupo peculiar ya que a lo largo de la evolución han solucionado sólo parcialmente algunos problemas que les impedían colonizar la tierra. Han sustituido la respiración branquial por pulmonar y han desarrollado extremidades para la locomoción en tierra firme. Estas aportaciones han sido fundamentales para completar la transición evolutiva hacia sus descendientes, los reptiles. A pesar de estas modificaciones, los anfibios son básicamente acuáticos, con temperatura corporal variable según el ambiente y con la piel fácilmente desecable. Además permanecen ligados al medio acuático por su modo de reproducción, ya que los huevos son expulsados al agua o puestos en ambientes muy húmedos. Con la aparición de los reptiles hace unos 250 millones de años, el auge de los anfibios acabó, y sólo quedaron algunos grupos supervivientes de los cuales descienden los gallipatos.
El gallipato es el mayor anfibio urodelo de Europa, un tritón que puede llegar a alcanzar los 30 cm de longitud para los machos, más grandes que las hembras, de los que aproximadamente la mitad corresponden a la cola. Posee una cabeza muy plana y grande, ensanchada lateralmente con el hocico muy redondeado y los ojos pequeños situados adelantados y laterales, que sobresalen por encima del perfil cefálico. Tienen el cuerpo también aplanado, recubierto de pequeños gránulos con el centro oscuro y los costados con 7 a 10 protuberancias costales de colores anaranjados. La cola es aplanada lateralmente y acabada en punta, durante el celo desarrolla una cresta caudal que puede tener vivos colores anaranjados. El colorido es muy variable, pudiendo ir de tonos pardos o verdosos oscuros hasta colores anaranjados, rojizos o amarillentos. El vientre suele ser grisáceo o parduzco, en el que suelen presentarse manchas más oscuras y de tamaño variable.
Los machos tienen en proporción colas más fuertes largas que las hembras, tienen las extremidades anteriores más largas y durante la época nupcial desarrollan callosidades oscuras en las caras internas de los brazos. La larva puede llegar a superar los 10 cm durante la última etapa de su desarrollo, tiene una cabeza ancha y unas branquias plumosas, con el tronco cilíndrico o aplanado. Tiene una cresta dorsal que se inicia al final de la cabeza y que acaba en una cola no afilada. Las branquias tienen un toque más verdoso. Los dedos de las larvas, son en un principio, muy largos, pero van perdiendo su tamaño durante el desarrollo de estas.
Solamente podemos encontrarlo en la Península Ibérica y en el norte de Marruecos, por lo tanto es un endemismo ibero-magrebí. Dentro de la Península, falta en el tercio norte y algunas zonas del noroeste y sureste ibérico.
Son animales que pasan casi todo el tiempo dentro del agua, de la que salen raramente, algo más los juveniles, de noche o cuando el tiempo es húmedo. Nadan con agilidad y fuerza. Se encuentran en arroyos, riachuelos de curso lento y también tanques, cisternas y charcas más o menos permanentes.
Son carnívoros, como los otros anfibios, alimentándose de pequeños animales acuáticos, sobre todo larvas de insectos, renacuajos, sanguijuelas. Arrojan sus fauces abiertas sobre cualquier cosa que se mueva, lo que termina dando lugar a frecuentes casos de canibalismo.
Parece que no hiberna en sentido estricto , aunque en los días más fríos en los que la temperatura se desploma permanece bajo piedras, raíces o en huras de otros animales.
Los gallipatos, generalmente están activos por la noche, aunque algunos días nublados y lluviosos es posible observarlos durante el día. En ocasiones realizan grandes desplazamientos buscando alimento, gracias a su buen olfato y/o puntos de agua. Cuando se desplaza por tierra lo hace de una forma muy torpe y característica, demostrando en cambio, ser un perfecto nadador y buceados en el agua.
El celo empieza a principios de Febrero y se mantiene hasta bien entrado marzo o abril. Durante este, los ejemplares se acercan a las charcas y el cortejo tiene lugar dentro de el agua , en el, el macho toca a la hembra con su hocico, para luego pasar a situarse bajo ella, la agarra con sus brazos situándolos hacia arriba en una extraña posición y mantiene a esta a su espalda. Cuando la hembra está receptiva, el macho suelta uno de sus brazos y se pone en una posición donde puede enfrentar su cloaca a la de la hembra. El macho puede llegar a expulsar al agua hasta 6 ó 7 espermatóforos que la hembra recoge con su cloaca. Tras 1 o 2 días la hembra empieza a poner solos o en pequeños grupos entre 200 y 1300 huevos (depende de la edad de la hembra ya que las hembras jóvenes ponen menos huevos) entre la vegetación, rocas o incluso en el propio suelo de la charca. Los huevos miden unos 2 mm de diámetro. La eclosión de los huevos tiene lugar pasados 11 o 13 días y las larvas recién nacidas miden algo más de 1 cm de longitud y no se alimentarán durante la primera semana.
La duración del estado larvario es variable y depende de varios factores principalmente climáticos y de alimento, pero de media suele permanecer unos 3 meses y termina cuando la larva pierde las branquias. Los gallipatos alcanzan la madurez sexual con un año.
En cuanto a la alimentación consumen básicamente larvas de insectos (tricópteros, dípteros, coleópteros, hemípteros y odonatos), crustaceos, lombrices,etc, también pueden carroñear, comer renacuajos, restos vegetales o incluso el canibalismo. Las larvas suelen ser carnívoras.
Debido a que puede permanecer toda su vida en el agua, suele encontrarse en pozos y aljibes donde se alimenta de los pequeños animales que normalmente viven o caen al agua de estos. De estos lugares tan sólo podrán salir cuando como consecuencia de lluvias torrenciales, el nivel del agua en ese momento llega a ser el mismo que el de la tierra.
Tiene numerosos depredadores entre los que destacan, las culebras viperinas, garza imperial, real, mochuelo, ratonero, cigüeña blanca, cigüeña negra, milanos, alimoches, jabalíes, algunos peces, el cangrejo rojo, etc.
Como mecanismo de defensa el gallipato segrega sustancias tóxicas parecidas a las de otros anfibios, a través de las protuberancias costales. También es capaz de proyectar las costillas a través de estas, haciendo que se puedan clavar a un posible depredador. También arquean el cuerpo cuando son asidos y pueden llegar a morder y a emitir pequeños sonidos. No obstante los gallipatos resultan totalmente inofensivos para el hombre.
El gallipato tiene una buena población en la zona sur y sur oeste de la provincia de Segovia y sus poblaciones allí parecen buenas.
Gracias por el descubrimiento y por compartir información de una especie tan curiosa
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