Taina, teina, tenada o tinada es una construcción arquitectónica característica de la sierra de Ayllón , y de otras sierras orientales del Sistema Central y de las provincias de Madrid y Soria, que sirve como parideras y como cobertizo o majada para recoger y guardar el ganado en las zonas de alta montaña. Son similares a otras construcciones ganaderas tradicionales del interior peninsular de España, como las tinadas o tenadas, las parideras, el chozón sabinero, las bordas o otros tipos de corrales.
Sobre el origen de las tainas existe cierta controversia, ya que se ha sugerido un posible origen céltico para este tipo de edificación. Si bien, otros autores sostienen un origen medieval, emparentándolos con los chozos que se extienden por la ribera del Guadalquivir y por la Cordillera Bética.
Este recurso arquitectónico rural es casi exclusivo del territorio de la raza ovina ojalada del sur de Segovia y Soria y norte de Madrid y Guadalajara, en especial en la zona de influencia de las sierras de Ayllón y Pela.
Las tenadas son construcciones levantadas en las afueras del pueblo (términos comuneros), con la finalidad de encerrar el ganado lanar durante las noches, para protegerlas de las inclemencias del tiempo y de cualquier peligro para su integridad. En ellas se realizaban otras actividades, como el esquilado, la medicación o dar la píldora a las ovejas. El tener al ganado encerrado en las tenadas durante la noche, permitía poder recoger gran cantidad de basura de oveja, para usarla como abono.
Estas construcciones son de planta rectangular, con muros de piedra de escasa altura, estructura a base de pórticos de madera y cubierta de teja árabe a dos aguas, con o sin mansarda. Poseen normalmente una puerta de madera, y no tienen ventanas. No comparten una orientación concreta. Están normalmente erigidas en terrenos llanos o de poca pendiente. El cálculo que se hacía era de unos 2 animales por metro cuadrado.
La construcción
Muros
La planta suele ser rectangular formada por un muro de piedra, normalmente sin labrar, de 50 o 60 cm de ancho, sin aberturas exceptuando la puerta y su proyección hasta la cubierta, que normalmente se cubría con tablas, o simplemente se dejaba totalmente abierto. Las únicas piedras labradas corresponden a las esquinas y a las jambas de las puertas, y no en todos los casos. Se perciben dos modalidades de muro, uno que se levanta totalmente en seco y con la piedra en bruto y el segundo en que la piedra parece algo retocada y se utiliza barro como elemento de ligado entre ellas.
Las piedras empleadas son las propias del lugar donde esta la tenada, diferenciandose esta según el terreno.
Parece ser que no se realizaba ningún tipo de cimentación, simplemente se desbrozaba el terreno de matorrales y se erigían los muros.
Estructura
La estructura que soporta la cubierta esta formada por unos pórticos transversales principales, de madera de roble, a base de pilares y vigas horizontales formando 3 naves longitudinales que se repiten 2 o 3 veces, separadas aproximadamente 4 metros. Con este tipo de estructura se consigue cubrir un ancho aproximado de 12 metros, que es el ancho promedio de todas las tenadas. Hay otra tipología que corresponde a tenadas más grandes, teniendo 5 naves en lugar de las 3 habituales, alcanzando unos 17 m de anchura. Esto se conseguía intercalando un pórtico longitudinal formado por pilares y vigas de madera en la estructura descrita anteriormente.
Los pilares se asientan sobre sillares de piedra que están apoyados en el terreno. La misión de estas piedras puede ser doble, por una parte evitar el contacto de la madera con la humedad del terreno y la basura de las ovejas y por otro lado a modo de pequeño cimiento que ayudaría a distribuir cargas en el terreno. Perpendicularmente a los pórticos principales se apoyan unas vigas de madera, sobre las que descansaran los cabrios que forman la cubierta.
Estas vigas perpendiculares, se sitúan en cumbrera, sobre el eje de los pilares y sobre el muro longitudinal (cargadero). Los cabrios, de aproximadamente 12 cm de diámetro y separados unos 50 cm, se disponen perpendicularmente a las vigas descritas anteriormente, de cumbrera a alero, sirviendo de soporte a las costeras (tablas planas que se producen al escuadrar piezas de madera), que forman el propio plano de la cubierta.
Los ensamblajes de los elementos de los pórticos principales, se realizan mediante mechas y encajes en los distintos elementos de madera. El resto de elementos de madera (cabrios y costeras), se sujetan con clavos de hierro .
En cuanto a la estructura de madera, también se pueden percibir dos variantes, que probablemente se deban al proceso constructivo con que se realizaron. La primera corresponde a la mayor parte de tenadas, que tienen el cargadero apoyado directamente sobre el muro de piedra, lo que parece indicar que se levanto primero el muro perimetral y posteriormente se realizo la estructura de madera. La segunda tipología corresponde a las que tienen pilares de madera auxiliares soportando el cargadero, lo cual puede indicar que en primer lugar se realizó toda la estructura de madera, y posteriormente se construyeron los muros de piedra. Así lo confirma el hecho de que estos pilares quedan en parte embebidos en el muro.
Originalmente toda la estructura era de roble, que es la madera originaria de la zona. Posteriormente se introdujo la utilización del pino para los cabrios y costeras. Actualmente se pueden encontrar mezcladas la utilización de roble, pino y chopo.
Cubierta
Sobre el plano de la cubierta a dos aguas formado por las costeras, nos encontramos con un fino lecho formado por hojas de roble, o hojas de cachimonas (gamones), que es una planta que crece en abundancia en la zona y que tiene gran cantidad de hojarasca en su base. Este lecho vegetal podría ser para que sirviese de base y proporcionase un buen asiento a la teja árabe.
La cubierta a dos aguas, en ocasiones se ve desfigurada por mansardas, usuales en las casas de hacinas. La teja esta colocada directamente sin amorterar ni clavar.
Características
Como en cualquier muestra de arquitectura popular, nos encontramos con la utilización de materiales autóctonos y con un nulo proceso de industrialización.
El material empleado para ligar los muros de piedra, también varia según la zona, siendo barro o arena en zona de peñas. Así mismo el lecho vegetal que se utiliza bajo las tejas es de hojas de roble en zona de robles y de cachimonas o hierbas, en zonas donde no hay robles. Por tanto la adaptación al medio es total. No obstante los medios de transporte de los que se disponía en esos tiempos así lo obligaba.
Otra constante que se daba en este tipo de construcciones era el reaprovechamiento de materiales. Rara es la tenada desaparecida o en ruinas, en la que podamos encontrar una teja. La estructura de madera también se sabe que normalmente se aprovechaba para otras construcciones, así como las piedras de los muros.
Las soluciones constructivas son básicamente las mismas, observándose pequeñas variaciones de tamaño, de forma, de proporciones o de soluciones constructivas, adecuándose a las necesidades, o habilidades de las personas que las construían, que normalmente eran sus propietarios.
En general podemos considerar que las tenadas son construcciones de poca solidez y quizá podríamos atrevernos a decir que de carácter "temporal". El carácter de eventualidad nos lo proporciona también el hecho de no poseer cimentaciones y el constante reaprovechamiento de materiales.
La solución estructural de madera hay que reconocerle su belleza plástica, pero a la vez reprocharle su poca solidez. Esto viene confirmado por la gran cantidad de refuerzos que podemos ver en las tenadas que conocemos actualmente, en las que se les ha añadido un pilar adicional en el centro de la estructura para evitar su colapso.
El hecho de abandonar casi definitivamente la ganadería ha llevado consigo la no utilización de las tenadas y consecuentemente la falta de mantenimiento de estas, lo que significa una rápida degradación y hundimiento de estas construcciones.
Una característica común a muchas de las tenadas son las divisiones y subdivisiones que se aprecian a lo largo de la vida de estas. Lo apreciamos en primer lugar al leer la lista de propietarios, en la que aparecen varios nombres para una tenada. También lo vemos mas claramente en los croquis levantados en cada una de las tenadas. Y en algunas que actualmente forman otra vez una sola unidad, podemos observar dos puertas de acceso, lo que delata claramente su antigua división. Este hecho de la división y subdivisión no es mas que un reflejo del sistema hereditario, que fraccionaba continuamente el patrimonio familiar. No obstante hay que recordar la concentración parcelaria que vino a ordenar la atomización de las propiedades.
Probablemente estas divisiones nos puedan dar una pista de cuales son las tenadas mas antiguas. Teóricamente a mas divisiones o subdivisiones significaría que se ha heredado mas veces, por lo tanto le supondría mas antigüedad.
Uso
Estos edificios son de planta cuadrada o rectangular, cuya superficie oscila entre los 200 y 300 metros cuadrados. La altura de sus paredes no supera los tres metros. El material de construcción es la piedra, aunque también se pueden ver adobes. El corral está dividido en dos partes principales: El casco y la tenada. El casco es la parte que no tiene cubierta, es, por así decirlo, el patio. La tenada está cubierta con un tejado cuyas aguas vierten al casco para que la paja se pudra mejor y se convierta en buen abono (xirle). La entrada del casco tiene puerta fija, no así la de la tenada. En la tenada se solía hacer un apartado para los carneros. Alrededor de las paredes interiores de la tenada, a unos 50 cm. de altura se ponen las comederas, utensilios, en forma de canaletas, hechos con tablas gruesas con una longitud de 3 a 4 metros. En ellas se deposita el pienso para las ovejas. En la tenada también hay un altillo donde se colocaba la alfalfa, la avena en rama o la leña.
De la viga del corral colgaban sogas para atar las berzas o la avena en rama a una altura prudencial para que alcanzaran sin dificultad los animales. Los corrales de campo albergaban las ovejas desde abril - mayo hasta finales de octubre; a partir de aquí, durante la "refriadera, o paridera", las ovejas venían a los corrales del casco urbano. Al llegar al pueblo, el pastor la iba separando y entregando a sus dueños, quienes las llevaban a sus corrales para volverla a entregar al pastor al día siguiente, si el tiempo lo permitía.
Los corrales del campo solían ser propiedad de varios personas, por eso, a la hora de limpiar el corral y repartirse el estiércol, lo hacían en común y a partes iguales. Los corrales ubicados en el pueblo solían ser de propiedad individual.
Fuentes:
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