22 de enero de 2019

Liebre ibérica (Lepus granatensis)



Está bastante bien distribuida por toda la Península aunque falta en algunas zonas como la cornisa Cantábrica, lugar que ocupa su prima la liebre europea. El estado de conservación de la especie no parece ser preocupante aunque está en ligera regresión; el hecho de no verse afectada por la mixomatosis hace que sus poblaciones no hayan mermado drásticamente, aunque en Vellosillo son realmente escasas en los últimos años.

Descripción

Tiene el manto de color pardo mientras que el vientre es claro. En la boca tiene dos incisivos que no dejan de crecer nunca. El tamaño es similar al de los conejos, con una longitud que va de los 44 a los 50 centímetros y un peso que puede sobrepasar los dos kilos y medio. Existe el dimorfismo sexual en la especie, siendo las hembras de mayor tamaño que los machos.

Alimentación

La dieta de la liebre es herbívora, incluyendo una gran variedad de vegetales. Se adapta a ingerir el alimento disponible en su hábitat, así ocurre tanto en las zonas de cultivo como en las áreas más salvajes. Producen dos tipos de excrementos, uno duro y más seco, y otro cubierto de ‘mucus’ que vuelven a ingerir, como en una rumia, para aprovechar las vitaminas y los nutrientes no digeridos.

Hábitat

Ocupa diversidad de hábitats como prados, zonas de montaña, brezales, jarales, zonas de cultivo, etc. En la Sierra de Guadarrama puede llegar hasta los 1.800 metros de altitud, ocupando los piornales. Conoce al dedillo su territorio, en caso de amenaza siempre encuentra un lugar seguro donde esconderse y así burlar a sus depredadores, que son muchos.

Reproductora

La época de apareamiento en las zonas más frías va de marzo a octubre, dependiendo de la zona donde viva el celo durará durante todo el año. Los machos se pelean entre sí por el derecho a aparearse con las hembras, el vencedor fecundará a la hembra, aunque pueda aparearse después con otro macho. Las hembras pueden ser fecundadas aunque ya estén embarazadas, pudiendo albergar varios embriones con distinto desarrollo. Las liebres no excavan madrigueras por lo que los lebratos nacen a plena luz del día.

Curiosidades

El cuerpo de la liebre está hecho para correr: las extremidades son largas y ligeras, su forma aerodinámica y el corazón es de gran tamaño para bombear gran cantidad de sangre durante la carrera en la que pueden superar los 70 kilómetros por hora. 

Aunque son sociables y pueden vivir en grupos, durante el periodo reproductor los machos se pelean entre ellos. Estas luchas consisten en carreras, persecuciones y una especie de boxeo en el que los combatientes intercambian puñetazos erguidos sobre sus patas traseras.




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