30 de diciembre de 2020

Zorro (Vulpes vulpes)


El zorro común o zorro rojo (Vulpes vulpes), también llamado raposo o raboso, es una especie de mamífero de la familia de los Cánidos. El zorro común es la especie de zorro más abundante en el hemisferio norte, donde puede vivir en casi cualquier ecosistema, ya sean bosques caducifolios, praderas, estepas, la tundra alpina o la taiga. 

Existen 27 especies de zorros (Vulpini) que se encuentran en casi todos los continentes, aunque la más extendida es el zorro rojo o zorro común (Vulpes vulpes), que habita en Europa y América del Norte y de la que e conocen cuarenta y cinco subespecies.

Es un generalista capaz de coexistir con especies más especializadas de zorros como el zorro ártico (Alopex lagopus). El zorro rojo es capaz de sobrevivir en zonas urbanizadas y densamente pobladas por el hombre.

El zorro está presente en la mitología de muchas culturas y también aparece en innumerables cuentos y fábulas generalmente representando la astucia y la inteligencia.

La mayoría de los zorros viven entre 5 a 7 años en libertad, aunque pueden llegar a alcanzar los 12 o incluso sobrepasar esa edad en cautiverio. Son generalmente más pequeños que otros miembros de la familia Canidae, tales como; lobos, chacales y perros domésticos. Sus rasgos típicos incluyen un fino hocico y una espesa cola. Otras características físicas varían según su hábitat. A diferencia de muchos cánidos, los zorros no son usualmente animales de manada. Son solitarios cazando su presa (especialmente roedores). 

Los ejemplares adultos de zorro común pesan de 3.6 a 7.6 kg dependiendo de la región donde habite. La longitud cabeza-cuerpo va de 46 a 90 cm, con una cola de unos 55 cm.​ Los zorros presentan cierto dimorfismo sexual, siendo los machos un 15 % mayores que las hembras. Su tamaño se puede estimar por las huellas. Las huellas de zorro común son de media de 4.4 cm de ancho y 5.7 cm de largo. La distancia normal entre pasos al trote para un zorro es de entre 33 a 38 cm.

El zorro común generalmente es de color rojizo, con las puntas de las orejas y los extremos de las patas negros, con una cola poblada cuya punta es blanca, como lo es su panza. Esta tonalidad roja puede variar desde el pardo rojizo hasta el rojo anaranjado, pero la gama de colores de su pelaje es amplia pudiendo ser de colores ocres, grises e incluso negros y blancos, y aunque su capa superior suele ser más o menos uniforme puede presentar manchas y franjas.

Su larga y poblada cola, que suele llevar en posición horizontal, forma parte de su imagen icónica. Mide aproximadamente una tercera parte de su longitud total. La usa para multitud de tareas: como almohada cuando duerme, para protegerse de la radiación solar, para comunicarse o espantar insectos. Además le sirve para mantener el equilibrio cuando corre o salta. Su distintiva punta blanca nos sirve para identificarlo rápidamente y distinguirlo de otros cánidos. Los zorros carecen de los músculos faciales necesarios para enseñar los dientes como hacen los demás cánidos.

Aunque está clasificado entre los carnívoros el zorro propiamente dicho es un omnívoro y un gran oportunista. Puede cazar presas de una gran variedad de tamaños, desde insectos a aves de. Su dieta además consta de un gran espectro de diferentes presas: invertebrados(como los insectos, lombrices, cangrejos y moluscos) y pequeños mamíferos (como roedores, conejos y topos), aves, huevos, anfibios, pequeños reptiles y algún pez. Entre las materias vegetales que consume, destacan las bayas y otro tipo de frutas. Se sabe que los zorros pueden matar cervatillos. Suelen consumir carroña y cualquier material comestible que encuentren, en las zonas urbanas comen en los vertederos y roban la comida de las mascotas que se dejan en los jardines. Los estudios de la dieta de los zorros de zonas salvajes y las urbanas demuestran que los zorros de zonas silvestres cazan más que los urbanos.

Los zorros generalmente cazan solos. Con su sensible sentido del oído pueden localizar pequeños mamíferos entre la hierba espesa, saltando en el aire para caer sobre ellos. También pueden acechar a presas como los conejos manteniéndose escondidos hasta que se acercan lo suficiente como para atraparlos en una carrera corta y repentina. Los zorros tienden a ser muy posesivos con su comida y no suelen compartirla con otros, con excepción de la época de cortejo o las madres con sus cachorros.

La cantidad de comida que consumen va de 0.5 a 1 kg al día. Los zorros comunes tienen estómagos pequeños en relación con su tamaño y solo pueden ingerir la mitad de lo que pueden tomar de una vez los lobos o los perros en proporción con sus cuerpos. En periodos de abundancia los zorros almacenan los excedentes de comida para el futuro. Generalmente los entierran en pequeños agujeros, de 5 a 10 cm. Tienden a hacer muchos pequeños escondites de comida diseminados por su territorio en lugar de hacer un almacén grande.

Los zorros suelen ser territoriales, defendiendo un territorio por parejas solo en invierno, y en solitario en verano. Sus territorios pueden llegar a ser de 50 km², aunque la media es más reducida, unos 12 km² en hábitats donde la comida es abundante. Los zorros marcan sus territorios con una glándula olorosa que tienen junto a la cola.

A lo ancho de su territorio tiene varias guaridas, que puede haber excavado él mismo o arrebatado a otros animales como marmotas o tejones. La guarida principal, más grande, es la que usará para pasar el invierno, dar a luz y criar a los recién nacidos, las guaridas más pequeñas diseminadas por el resto del territorio son usadas en caso de emergencia o para almacenar comida

Los miembros de un grupo familiar se comunican con los demás mediante el lenguaje corporal y emitiendo sonidos. Tienen un espectro de vocalizaciones bastante amplio, que pueden indicar alarma o llamarse unos a otros. También se comunican con otros individuos mediante el olor, por eso marcan los alimentos y el territorio con orina, además de heces y las sustancias de la glándula olorosa.

Los zorros practican la monogamia, aunque no siempre, siendo flexibles en función del espacio y disponibilidad alimenticia en su territorio. La época de cría de los zorros varía a lo largo de su amplia zona de distribución. Los zorros de las poblaciones meridionales crían entre diciembre y enero, las poblaciones de zonas intermedias crían de enero a febrero y las poblaciones del norte lo retrasarán al periodo entre febrero y abril. Las parejas monógamas formadas durante el invierno cooperaran para criar una camada de 4 a 6 cachorros (llamados zorreznos) cada año, siendo la media 5 y la camada más grande registrada de 13. Los zorreznos nacen completamente cubiertos de borra, no abren los ojos hasta los 8-14 días, y a las 4 o 5 semanas salen del cubil. Con 8 semanas ya pesan más de un kilo y presentan un pálido color crema. El destete tiene lugar hacia la novena semana (los zorreznos ya pesan 2-2.5 kg). A las 7 o 10 semanas abandonan por completo la madriguera. Con cinco meses pesan más de 3 kg y alcanzan la madurez sexual a los 9 o 10 meses, pudiendo reproducirse en la temporada de cría siguiente a su nacimiento.

Los zorros siempre han tenido una imagen ambivalente entre los humanos: por un lado era considerado una alimaña que predaba sobre las gallinas y las especies de caza menor, por otro ha sido admirado por su belleza y ha protagonizado innumerables relatos representando a la inteligencia y la audacia. Además su piel ha sido tradicionalmente muy apreciada por su suavidad en peletería.

Los zorros comunes se consideran el principal depredador silvestre de las aves de corral, conejos domésticos y pequeñas mascotas lo que le ha hecho objeto de odio para muchos granjeros. La opción más segura para evitarlo es separar físicamente al zorro de los animales de granja mediante vallas o jaulas. Para ser totalmente seguras las vallas deben tener al menos 2 m de altas y no tener elementos cercanos en los que el zorro pueda auparse para saltar por encima. Se han registrado casos en los que un zorro muy motivado ha trepado por una valla metálica.​ Además la base de la valla debe ser dura para que el zorro no pueda excavar por debajo de ella. Una vez que el zorro ha accedido al interior le será muy fácil la caza en un espacio reducido y a menudo matará a varias aves que intentará llevarse para enterrar como excedentes pero que si los humanos llegan antes dejará abandonados.

Aunque las aves de corral son sus presas domésticas más frecuentes, de vez en cuando también pueden atacar a las crías del ganado como pequeños corderos y cabritillos. En circunstancias muy excepcionales pueden atacar a alguna oveja subadulta o adulta o a algún ternero recién nacido. Los zorros generalmente matarán a los corderos mordiéndolos repetidamente en el cuello y la espalda, señal de que los atacaron cuando estaban tumbados. Los resultados del ataque del zorro en los animales de corral se diferencian del de los lobos o perros en el hecho en que raramente causaran fracturas en los huesos de sus presas al alimentarse de ellas.Los zorros también destacan por llevarse los pequeños cadáveres enteros a sus guaridas para alimentar allí a sus cachorros y ellos mismos por lo que las aves o corderos desaparecerán sin dejar rastro.





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