20 de abril de 2020

Los conejos: características, origen y domesticación




Características

El conejo es una especie de roedor de tamaño medio y es muy común entre los roedores domésticos. Se sabe que este animal existe desde hace miles de años y se cree que su domesticación se desarrolló desde antes del Imperio Romano. Su nombre científico es Oryctolagus cuniculus.

Los conejos son animales nocturnos y crepusculares, es decir, que suelen dormir a pleno día y a plena noche, estando activos en las horas intermedias.

Se guía fundamentalmente por el oído y el olfato. Apenas usa la vista, ya que tiene un oído muy fino gracias al gran tamaño de sus pabellones auriculares.

Se mueve dando pequeños saltos pero puede alcanzar grandes velocidades, ya que son muy rápidos y ágiles. Si sienten algún peligro, levantan las orejas y se apoyan en las patas posteriores para ver lo que ocurre. Si se enfadan o se asustan comienzan a patalear el suelo con las patas traseras, a modo de aviso para sus compañeros de las madrigueras.

Los conejos tienen el cuerpo redondo y la cabeza ovalada. Tienen 4 dientes, 2 de ellos muy largos, y las orejas que llegan a medir más de la mitad de su cabeza. Una característica curiosa de su físico, aparte de las orejas, es que tienen una pequeña cola en forma de pompón.

Las razas más pequeñas pesan aproximadamente 1.5 kg y las más grandes pueden llegar a pesar unos 8 kg. Tiene una temperatura corporal entre los 38 y los 40 ºC por lo que la temperatura ambiente perfecta para ellos oscila entre los 18 y los 21 grados. Los machos de esta especie llegan a la madurez sexual a los 3-4 meses y las hembras a los 4-6 meses. A continuación podrás ver la biografía del conejo.

Como la mayoría de los mamíferos, los conejos son animales vivíparos, es decir, las crías de conejo se desarrollan dentro del vientre de la hembra. Los conejos son animales polígamos, lo que significa que un grupo de conejos machos comparten diferentes hembras para reproducirse. Estos mamíferos alcanzan la madurez sexual entre los 9 y los 12 meses. La época reproductiva del conejo se desarrolla entre febrero y agosto, durante el cual un conejo se puede reproducir hasta 7 veces. Las hembras pueden aceptar el macho sin estar en celo, incluso si están embarazadas.

Una vez realizada la fecundación, la gestación dura de 28 a 30 días. En los conejos, casi un 60% de los embarazos no acaban bien y en esos casos el cuerpo de la hembra absorbe a los embriones muertos. Una hembra suele dar a luz entre 1 y 9 crías, aunque en algunas ocasiones pueden llegar a más de 10 crías. Poco después del parto las hembras de conejo vuelven a estar en celo y pueden volver a quedarse preñadas.

Las crías de conejo, llamadas gazapos, nacen ciegas, sin pelo y sin estar totalmente desarrolladas. Estas son destetadas a las 4 semanas y la madre solo visita el nido unos pocos minutos al día.

Una hembra de conejo suele dar a luz a unas 30 crías al año. La alta prolificidad de los conejos forma parte de un sistema defensivo contra la gran presión que ejercen sus depredadores. Solo un 90% de los conejos supera el primer año de vida en la naturaleza.

Aunque existen distintas razas de conejos (más de 80), nos centraremos en el conejo común o europeo.

Conejo común o europeo




El conejo común o conejo europeo es un mamífero lepórido, familia que engloba también a las liebres. Pertenece a la orden de los lagomorfos, considerados roedores hasta principios del siglo XX.

Su distribución geográfica abarca toda Europa y el norte de África. Ha sido introducido por el hombre en Estados Unidos, Chile, Sudáfrica y Australia, donde se han convertido en una auténtica plaga. Está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.

Vive en pequeños bosques y praderas secas próximas al nivel del mar, aunque también pueden habitar en montañas sin superar los 1.500 m. de altura. Evitan los grandes bosques, prefieren campos cubiertos de matorrales para esconderse. Eligen suelo arenoso y blando que les facilite la construcción de madrigueras y galerías subterráneas. Hoy en día podemos encontrarlos en parques o cultivos agrícolas.

El conejo común o conejo europeo es un conejo mezcla de razas. Es la clase de conejo doméstico más típica. Es de tamaño grande (pesa alrededor de 4 kg) y lo podemos encontrar en diferentes colores, que suelen ir del pardo al gris en el caso del conejo salvaje. En el conejo común doméstico lo podemos encontrar en una mayor variedad de colores, incluso con degradados y moteados. Tiene un pelaje espeso y lanudo y la cabeza ovalada. Sus ojos suelen ser de color negro y sus orejas largas y estrechas. Tiene, además, una cola muy corta que es de color blanco por la parte de debajo.

Esta raza de conejo es muy territorial y gregaria, por lo que en la naturaleza viven en grupos y defienden juntos su territorio. El conejo común es principalmente nocturno, por lo que suele alimentarse de noche. Este animal, además, es muy silencioso y muy rápido.
Cuidados de un conejo

Los conejos deben vivir en compañía de otros conejos, por lo que deberemos tener mínimo 2. Estos deben tener suficiente espacio y lo ideal es acondicionar una habitación de la casa dedicado a ellos. En este espacio deberemos asegurarnos de que no haya cables que puedan morder así como otros objetos que no queramos que muerdan. Si no es posible dedicarles una habitación, podemos habilitarles un recinto para cuando no les saquemos para correr y moverse por la casa. El tamaño de este espacio debería ser de 2 m2 por cada conejo. Si tenemos dos, entonces deberá ser de 4 m2. Este espacio deberá estar lejos de corrientes de aire y del sol directo. Además, la temperatura es algo a tener en cuenta a la hora de elegirlo, pues no deberá ser extrema.

Los conejos son animales herbívoros y solo comen vegetales. Gran parte de las enfermedades que sufren estos animales son debido a una mala alimentación. Su dieta debe basarse estrictamente en heno, verduras, hierbas frescas y pienso, y esta debe aportarles mucha fibra y restringir los carbohidratos y grasas.

Domesticación



Unos conejos antecesores directos de “nuestro” conejo vivieron en el centro y sur de Europa desde hace más de 2 millones de años atrás. Las dos últimas grandes glaciaciones (Riss y Würm), hicieron que ocuparan la península ibérica, y que les sirviera como refugio. Fue el lugar donde se transformaron hacia la especie Oryctolagus cuniculus actual, hecho que pudo ocurrir gradualmente en los últimos 200.000 a 150.000 años. 

El conejo era un animal desconocido para los griegos y romanos de la Antigüedad que visitaron la península ibérica. El historiador griego Polibio (siglo ii a. C.) lo describe por primera vez.​ Su nombre vernáculo, conejo, proviene del término íbero.

Por los datos escritos durante el imperio romano, queda confirmada la importancia de los conejos en la península ibérica, llegando a ser el origen etimológico del nombre de España, y ha sido el lugar donde primero se intentó la domesticación de la especie.

Se trata de un animal de relativamente reciente domesticación. En 500 a. C., en China, Confucio describe como sus antecesores domesticaban conejos para alimentación y ofrenda a sus dioses. Hay datos históricos que demuestran que los romanos en el siglo I a. C. ya mantenían conejos en cautiverio con el fin de producir carne. Entre el siglo VI y X, los monjes franceses comenzaron a seleccionar conejos para formar una línea descendente de mayor aptitud cárnica. Dichos monjes tenían por costumbre comer «laurines» en periodo de Cuaresma, ya que estaban incluidos en los «platos acuáticos». Así es como se inició la domesticación de los conejos en los monasterios al sur de Francia hace aproximadamente 1400 años, en ese momento los conejos silvestres estaban restringidos a la península ibérica con Oryctolagus cuniculus cuniculus y Oryctolagus cuniculus algirus; y en Francia colonizada Oryctolagus cuniculus cuniculus.

No obstante, solo a partir del siglo XVI aparecen las primeras variaciones de la capa de pelaje del conejo y las primeras razas pioneras definidas.

Cuando los animales son domesticados se producen cambios a nivel morfológico, fisiológico, reproductivos y de comportamiento. Con los avances de las herramientas genéticas se podría investigar los cambios que sufren los animales en su comportamiento durante las fases de adaptación lo que les permitiera adaptarse y sobrevivir a las condiciones brindadas por el ser humano. Actualmente con el uso de las herramientas genéticas se ha iniciado el estudio de los cambios fenotípicos que los conejos han debido atravesar durante su proceso de domesticación. Es así que al comparar la genética de los animales salvajes de la península ibérica y Francia junto con los animales que ya han pasado por procesos de domesticación se ha estudiado el número de SNP en sitios conservados no codificantes y secuencias codificantes así como la diversidad de nucleótidos dentro de las poblaciones de conejo salvajes​ Lo que llega a sugerir a los investigadores de que el conejo es uno de los mamíferos más polimórficos que se han llegado a secuenciar hasta el momento, llegando a establecer que los conejos también haya podido sufrir un tipo de cuello de botella y una reducción de la diversidad genética durante la colonización a la península ibérica y el proceso de domesticación.


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